Voy a recrear un episodio del Mullah Nasruddin respondiendo a un cortesano en ocasión de actuar como «Consejero Mayor de la Corte», nombrado por y bajo el patronazgo del Califa…
Tal vez cansado por la consulta nimia, poco inteligente y permanente de nobles trasnochados en constantes bacanales; cuyo objetivo final no era otro más que el de «hinchar las pelotas preguntando giladas» a un hombre de infinita sabiduría como la suya… Finalmente el apadrinado del Califa sostuvo un breve diálogo -más o menos como el que sigue- con un alto cortesano consultante:
Preguntó el cortesano:
«-Nasruddin, tú que eres un hombre de gran experiencia e infinita sabiduría… ¿Conoces algún remedio para el dolor de ojos? Hago esta pregunta porque uno de ellos me duele enormemente…»
Contestó el Mullah:
«-Permíteme que comparta contigo mi experiencia… En cierta ocasión tuve un horrible dolor de muelas. Probé muchas curas y consulté a médicos y brujos… Pero no encontré alivio a mi dolor hasta tanto no hice que me quitaran las muelas.»
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